Proyecto de lo humano
A
partir de la temática de lo humano, se tomaran fotos de iglesias en distintos
lugares de México, partiendo de los mismos como uno de los íconos religiosos
más representativos en la cultura occidental.
De
esta manera, las mismas serán abordadas desde la concepción de la religión,
específicamente la católica, como construcción de una sociedad humana.
Estas
son retomadas debido al contexto y
sociedad en que me desarrollo.
A lo largo de la historia, el ser
humano ha intentado encontrar respuestas que le den rezones por las que se
encuentra en el mundo, la manera en que debe de actuar, así como lo que existe
o no después de la muerte.
Cuestionamiento que han saciado con
la creación de rituales y entes desconocidos a los que les atribuyen facultades
superiores, que resultan imposibles para ellos. La religión ha sido, cual
fuere, un camino y razón para llevar a cabo sus vidas.
Contando cada una de ellas con
prácticas, creencias y rituales distintos, estas son parte de la conformación
de los humanos en distintas sociedades.
Los templos, específicamente las
iglesias, aunado a su valor icónico, cuentan a su vez con una gran carga
simbólica que forma parte de la ideología de cada religión y el lugar en el que
se practica.
Cada sociedad, adopta culturalmente
las religiones, adecuando sus prácticas a la religión y la religión a sus
prácticas, dando lugar a la construcción de una identidad como sociedad, lo
propiamente humano.
La iglesias católicas son tomadas
como lugares específicos donde se encuentra la protección y una mayor cercanía
al ente superior, en este caso nombrado como Dios.
Estas, cuentan con características
particulares; variadas a partir del año en el que fueron construidas, del
terreno en el que se encuentran, de los recursos usados para la misma, los
intereses políticos, así como, en el caso de los primeras iglesias edificadas
en México, por el orden religioso que las inició.
Todo lo anterior es reflejo directo
del momento histórico humano por el que transcurrieron. Un monumento del
humano, hecho por el humano.
Los artistas románticos ya habían
hablado de la monumentalidad de la naturaleza frente al hombre, evidentemente
retomado en la edificación de las iglesias.
Estas se presentan imponentes, ante
el tamaño minimizado por las mismas, del ser humano. Contienen luz y consuelo,
aunado a que brindan protección a quienes lo buscan. Son lo suficientemente
grandes para ser tomadas como casa de Dios y los necesariamente altas para
encontrarse más cerca de él.
Esta lectura es simbólicamente
clara cuando se ingresa a las mismas. Aunque mucho de dicha lectura, es
culturalmente aprendido, la interpretación se refuerza con la estructura
arquitectónica, quedando introducido en las columnas, retablos, arcos cúpulas y
altares.