lunes, 11 de junio de 2012


  • Trabajo Final

La gente se reúne, canta, da largas caminatas, se apoya con el de a lado, comparte su comida y su espacio. Se reúnen de todas partes y todas las edades. En un momento deja de importar todo lo demás, todo excepto el propósito que los llevo a estar en el mismo espacio- La celebración de la Santa Cruz-.

 Me he servido de la fotografía una vez más para documentar en este caso la celebración de la santa Cruz en unos Barrios de Xochimilco, la cual, , es una tradición que han seguido los locales por varias generaciones; las cruces fueron puestas por sus abuelos para protegerse de las brujas, según me cuentan algunos de ellos.

Esta vez me introduje en dicha celebración con el único fin de vivir e intentar de retratar la esencia del festejo, no tanto por la tradición, ni siquiera por la religión, si no por el lado de la interacción de las personas en torno a la misma. Cuentan los mayordomos, que no existe honor más grande como tener la Santa Cruz en  sus casas. La actitud de pronto, cambia y los une un mismo fin, sus creencias y fe son capaces de unirlos, sin importar nada más que la religión.

Su fe es capaz de edificar templos monumentales para estar más cerca de Dios, los que contienen en imágenes religiosas de manera esporádica la historia de los mexicanos. El folcklor mexicano, caracterizado por ser una apropiación y  amalgamiento de distintas culturas y tiempos, se encuentra latente en festejos como este.

Es una tradición que desde niños se inculca, aunque no deja de ser  más notable el fervor con la que siguen los adultos mayores.

Este festejo, guarda aún gran cantidad de detalles que lo han vuelto un ritual, bien es cierto que esta parte de Xochimilco se  caracteriza por conservar cierto espíritu tradicionalista por sus creencias y costumbres, las que son más difícil de encontrar en nuestros días en una ciudad como lo es el Distrito Federal.

En el pueblo mexicano no hay causa que una a tanta gente, como lo es la religión católica-cristiana, curioso, que estas actitudes puedan verse tan palpables, sólo en este tipo de eventos.

No es necesario saber la razón del festejo, de la tradición; sólo basta creer para poder ser parte de ella, para ser acogido como un hijo más de dios.





































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